Estado de felicidad permanente. Sentir que soy imparable. Solo con pisar tú suelo, respirar tu aire. Sentir que mis sueños son posibles gracias a ti. Pues mi vida gira a tú alrededor, y mis labios besan cada parte de tu geografía. Beber de tus aguas, comer los frutos que da la vegetación que te rodea. Que me rodea. Sentimiento de libertad que me acompaña entre muralla y muralla. Siento que puedo volar si me lo propongo, que estoy por encima de todo, que no me supera nadie. Entro en un mundo de colores que cambian con el paso del tiempo, pero siempre relucen como si fuesen la más bella estrella en el firmamento. Porque tú y solo tú eres mi dirección en la vida. Eres lo que me empuja a luchar por lo que quiero, por ti. Gracias por existir.
Nueva York no es una ciudad cualquiera, es una distinta al resto. De cada rincón sale un pedacito de magia...Los rascacielos compiten entre sí por tocar el Sol, y sólo de esa manera son capaces de ver ríos amarillos correr entre ellos.
ResponderEliminarEstoy segura de que si tú, o yo, o ambas, viviéramos allí, nos levantaríamos cada día con una sonrisa de oreja a oreja, el corazón a mil por hora (como cada vez que vemos alguna foto) y unas ganas tremendas de comernos el mundo.
Jamás nos cansaríamos de recorrer Central Park, Times Square, Quinta Avenida, Brooklyn...en fin, todo lo que nos hace soñar ahora.
Y tranquila, algún día, iremos allí, y por un laaaaaaaargo tiempo.
:)
Nueva York es, simplemente como digo en ese texto, un estado de felicidad permanente. No es una ciudad, ni son calles, ni es mezcla de culturas. Es simplemente algo por lo que me desviviría, por lo que me dejaría la piel. Es mi sueño, y estoy segura de que, gracias a la magia que desprende cada una de sus esquinas, al positivismo que derrocha cada amanecer en esa ciudad, y gracias a las ganas que tengo de hacer realidad mi american dream,sé que puedo hacerlo. :)
ResponderEliminarClaro que puedes :)
ResponderEliminarTE QUIERO